Descripción
Esta prueba consiste en la introducción de una fina y delgada sonda (de 2 a 3 mm de diámetro) que contiene sensores de presión por la nariz, a través del esófago y hasta el estómago. El dispositivo está conectado a un ordenador en el que se registra la actividad detectada. El paciente permanecerá sentado, y puede que deba realizar una parte de la prueba también tumbado, para que el especialista digestivo pueda comprobar la presión en las distintas posiciones. La exploración no es dolorosa, aunque si puede ser algo molesta.